ya ni llueve entre nuestros dedos
Estamos en Abril, no llueve
las esquinas de la luz estan abarrotadas,
sus talleres de complots
estan concurridos,
es realmente hermoso poder ir armado
hasta los dientes
de palabras como migas de pan tierno y de pan duro
ir con los ojos,
con los ojos de los dedos
sopesando la brutalidad de un cielo carcomido
por el hormigon enfermo,
por mediocres ladrillos, ladridos
sin perros
Los dueños del cotarro son mediocres
falsos albañiles
con piel de listos
Hay un aire a pescaderis vacia
por ausencia de miras
solo los solares y los escombros
en el punto de mira
de los heroicos vagamundos
y de los Banqueros Intachables
Estamos en Abril, no llueve
los pajaros del vertedero estornudan
hay un niño ardiendo como un llanto
que recuerda
una ciudad sitiada
una mujer inventando la luz en los cristales
dos paisanos
que se saludan furtivamente
sin vino en sus labios
Huele a quemado:
en una esquina los bordes de un beso
arden
y creo escuchar el olor del mar